jueves, 1 de febrero de 2007

Avequeloveayo


Hace poco les contaba con aquello del espejo las dificultades de Alicia para enfrentarse a las personas gramaticales y, de manera especial, al uso del pronombre personal de primera persona. Bien, pues es evidente que vamos mejorando.

En cuanto a la conjugación de los verbos, la distinción entre primera, segunda y tercera personas se va aclarando. Cada vez son más frecuentes diálogos con su hermana del tipo:

Cristina: No sé, Alicia.
Alica: ¿No sabes, tata?

C: No creo que vayamos a jugar a la bolas.
A: ¿No crees, tata?

C: No tengo más chocolate, Alicia
A: ¿No tenes, tata?

Lo de la distinción entre singular/plural en las formas verbales ya es otra historia. En ese sentido, Alicia casi siempre habla en singular, y casi siempre se refiere a los otros de uno en uno. Dice “se enfada papa” y “se enfada mamá”, pero no “se enfadan papá y mamá”. Evidentemente, la dificultad ya no es sólo cuestión de la persona verbal, sino también de la coordinación de sujetos múltiples.

En cuanto a la utilización del “yo”, también va haciendo sus progresos y de vez en cuando acierta. Hay una expresión que últimamente repite mucho (aunque nos somos conscientes de ello, casi seguro que alguno de nosotros la debe usar mucho):

Papá: Alicia, ya no hay más chocolate.
Alicia: ¿No hay chocolate?
P: No, ya no queda.
A: Avequeloveayo.

Y es que cuando se trata de chocolate, no se fía ni de su padre.



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