La pecera del tío
Seguimos con los adjetivos, que cada vez van poblando más el vocabulario de Alicia. Las parejas bueno/malo y grande/quepeñito son sus favoritas. Ahora bien, no deja de resultar curiosa su utilización tanto en uno como en otro caso.
“Grande” sería para Alicia un ejemplo de “superadjetivo”, porque no sólo lo utiliza para referirse al tamaño, sino que también le vale para hablar de la cantidad. Así, dice “quiero la pelotita grande”, pero si tiene sed y le das poca agua es capaz de tirarte el vaso a la cabeza al tiempo que te grita “grande, grande”.
Lo que le ocurre en realidad es que todavía no conoce los adverbios de cantidad “mucho/poco” y recurre a los adjetivos en su lugar. Eso, y que tiene sed la criatura.
En cuanto a bueno/malo, tiene algo de dudas con su significado, pues los aplica basándose en el aspecto del personaje en cuestión. Los niños son así de crudos. Si eres guapo o de aspecto agradable, eres bueno; como seas feo, rápido te considera malo. Su tío tienen una pecera con muchos peces de colores, y con uno de esos que llaman limpiafondos que son bastante feos. Cada vez que lo ve, Alicia lo tiene claro: ¡es malo! (el pez, no su tío).