viernes, 21 de septiembre de 2007

Los higos, las uvas y la guarrería

Con el inicio del cole estoy seguro de que Alicia va a experimentar notables avances en el desarrollo del lenguaje, y que logrará ir corrigiendo algunos errores que, debido a sus ya notables avances, comete a menudo últimamente, por aquello de el que tiene boca se equivoca.

En la finca de los abuelos, por ejemplo, andamos ya recogiendo la cosecha de higos y de uvas, aunque este año vienen un poco pobres, sobre todo las segundas. A ella le gusta acompañarme con su cestita e ir recogiendo las frutas, estén duras o maduras, que a tanto no llega, la criatura.

Y de tanto ir de la parra a la higuera y de la higuera a la parra, su lenguaje ha creado un nuevo fruto: el “hugo” (imagino que escrito así, con “h”), que supongo yo que se refiere a eso, a que es mitad higo y mitad uva.

Lo del inicio del cole también tiene su repercusión en el vocabulario. Para adaptarse a los horarios, los padres nos vemos a veces en la obligación de recurrir a servicios y actividades extraescolares, como por ejemplo llevar a los niños una hora antes del inicio de clase a lo que llaman guardería. Alicia fue el otro día por primea vez, y su hermana trataba de explicárselo de camino al colegio:

- Alicia, hoy vas a ir primero un ratito a la guardería, y después a clase, ¿vale?
- A la guarrería no, qué asco – le contesta la hermana.